Moda Tóxica: la urgencia de regulación a la exposición de químicos nocivos en la industria textil.

By Beatriz O`Brien de Fashion Revolution Chile

1 year ago

El caso de la presencia de plomo en una pulsera comercializada por el gigante de la moda H&M en Chile, debe dar paso a la discusión en torno a  la necesidad de regulación de químicos tóxicos en la industria del vestuario. 

La industria textil utiliza más de 8,000 químicos sintéticos en su ciclo de vida. Desde el cultivo de fibras a la fabricación de textiles, la fase de uso y el descarte de ropa en los vertederos, la existencia de contaminantes es estructural y persistente en la industria contemporánea. 

La producción de moda rápida, básicamente toda la ropa que se produce y vende de forma masiva a nivel global, depende de fibras sintéticas y de la industria química. Los diversos agentes tóxicos potencialmente presentes en las prendas que vestimos van desde herbicidas y pesticidas a solventes, emulsionantes, fijadores, retardantes de fuego, entre tantos otros.  Los aditivos se aplican para mejorar el desempeño de las fibras y prendas y cada uno de ellos tiene un uso y un alcance específico y definido. 

La fase más intensa en el uso de químicos es el proceso de teñido, lavado y acabado industrial de textiles por el uso de tintes azoicos (AZO), ácido clorhídrico y cloro, que son extremadamente tóxicos. El modelo de negocio de las grandes corporaciones de moda y del retail requiere de una presión constante a los proveedores para mantener los precios bajos, lo cual conduce al uso excesivo de textiles sintéticos y aditivos de mala calidad. 

Por cada kilo de ropa se utilizan entre uno a cinco kilos de químicos diferentes entre los cuales los más peligrosos son los PFCS (Productos químicos perfluorados). PFCS es un término científico que se utiliza para referirse al grupo de productos químicos tóxicos. Estos incluyen el ácido perfluorooctanoico (PFOA) y el ácido perfluorooctano sulfónico (PFOS) y otras sustancias perfluoroalquiladas y perfluoroalquilades (PFAS). 

El intenso uso de químicos en nuestra ropa comienza en el campo. El algodón es el cultivo no alimentario de mayor demanda a nivel global y también el que más utiliza químicos en su crecimiento. Por cada hectárea de cultivo se utiliza un kilo de pesticidas tóxicos y el cultivo de algodón corresponde a un 16% de todos los pesticidas utilizados en la agricultura a nivel global. 

Los efectos de los pesticidas en la salud de las y los campesinos han sido catastróficos. Los pesticidas y herbicidas se utilizan para el control de plagas y para aumentar la producción de la cosecha. La exposición a los químicos está ligada a alteraciones en el sistema endocrino debido a las modificaciones a nivel celular, malformaciones genéticas y diversos grados de autismo en niñas, niños y bebés, quienes son los más afectados, pues cuentan con una menor tolerancia física y los efectos son aún más nocivos, ya que se encuentran en etapa de desarrollo y crecimiento. 

Los trastornos que se sabe están asociados con los pesticidas incluyen varios tipos de cáncer, problemas al sistema reproductivo que incluyen infertilidad, depresión, ansiedad, enfermedades de Parkinson, Alzheimer e incluso la muerte. Aún no contamos con la evidencia científica que nos permita conocer de manera acabada los impactos de los insecticidas, pesticidas y herbicidas, en la salud humana. 

En el caso de las y los trabajadores de la industria textil, los efectos físicos de la exposición  a químicos tóxicos son absorbidos por el cuerpo a través de la piel y las vías respiratorias. Por ejemplo, los ftalatos que se utilizan para teñir y suavizar el cuero, el caucho y el PVC en la industria del calzado y accesorios pueden llegar a dañar el sistema reproductivo. Los productos químicos perfluorados, los formaldehídos y las parafinas cloradas se utilizan en los procesos de acabado. En pequeñas cantidades los productos perfluorados irritan las mucosas, ojos, nariz, garganta y la piel. En mayores cantidades o a través de la exposición prolongada y frecuente, están ligados al desarrollo de cáncer de mamas y de pulmón. 

Los químicos utilizados por la industria textil pueden permanecer largos períodos del tiempo en organismos vivos (ya sea el cuerpo humano o la naturaleza) y sus efectos son mutagénicos, cancerígenos y bioacumulativos. En cuanto a las consecuencias medioambientales, en China, el gran productor de textiles en el mundo, se tomaron muestras de dos ríos cercanos a los centros industriales que reciben las descargas de aguas residuales, el Yangtzé y el río Perla. En estos se encontraron alquilfenoles (incluido nonilfenol) junto PFCS, en particular PFOA y PFOS, químicos que tienen efectos devastadores en los ecosistemas acuáticos e ingresan a la cadena alimenticia a través del consumo de agua y de peces. 

En los vertederos, una vez que la ropa comienza a descomponerse, los químicos y los tintes tóxicos se filtran en las fuentes de agua subterránea. Cuando la ropa es incinerada, una práctica más común de lo que podríamos pensar, esta libera gases de efecto invernadero (GEI), entre ellos metano, que de acuerdo al PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente) es 80 veces más potente que el Dióxido de Carbono (CO2) y contribuye significativamente al cambio climático. 

El año 2022, el Greenpeace Germany Report, publicó un reporte toxicológico de una serie de prendas de la marca SHEIN, conocida por su impresionante crecimiento en ventas durante los últimos años y su modelo de moda ultra rápida, en el cual, de las 47 muestras que se testearon para químicos tóxicos y nocivos, 5 de ellas (15%) contenían agentes químicos que superan en más de un 100% los estándares permitidos y considerados seguros de acuerdo a la regulación de la Unión Europea (UE). 

La exposición al plomo causa daños permanentes en el cerebro y en el sistema nervioso, así como también al hígado, los riñones y la sangre. En la industria textil, el acetato de plomo se utiliza como estabilizador del color en el proceso de teñido. En el caso de la pulsera comercializada por H&M, se trata de un accesorio de vestir pero es el mismo caso que con la ropa, la exposición a este químico para las y los consumidores no es puntual ni esporádica sino permanente, al encontrarse en contacto directo con el cuerpo durante largos períodos de tiempo. 

La legislación europea busca regular el uso de químicos en la ropa. Sin duda, un desafío considerable dentro de una industria globalizada y altamente fragmentada en la cual la procedencia y manufactura son difíciles de controlar y trazar. El Reglamento sobre el registro, evaluación, autorización y restricción de productos químicos (REACH) es la principal ley de la Unión Europea (UE) que busca proteger la salud humana y al medio ambiente.  El objetivo es identificar de forma temprana y de mejor manera las sustancias químicas en la ropa, tomando medidas oportunas como la eliminación gradual y la restricción de sustancias tóxicas. Incluso si la UE logra controlar la comercialización de vestuario y textiles que contengan sustancias perjudiciales para la salud y el medioambiente, estos productos seguirán siendo exportados a países que no cuenten con el control necesario, afectando a millones de personas en el mundo nuevamente siendo las comunidades más vulnerables, también las más afectadas. 

La moda tóxica nos afecta a todas y a todos. Si bien contamos con un cierto nivel de información con respecto a los químicos en nuestra comida, el caso de los textiles es mucho más complejo. Podemos tomar en consideración adquirir productos de origen orgánico, como es el caso del algodón, que cuenten con la certificación correspondiente. En cuanto a los tintes, se pueden buscar productos que hayan sido teñidos con tintes naturales o de baja toxicidad. Sin embargo, la verdad es que no tenemos cómo saber qué tiene nuestra ropa y, por ende, la necesidad de regulación pública es urgente.

La implementación de una legislación en Chile es un paso que tenemos que dar y donde antes, mejor. Debemos determinar cuales son las sustancias de mayor riesgo para la salud humana y el medioambiente, probar la seguridad de aquellos que se emplean en productos cotidianos, como la ropa y prohibir la internación al país de aquellos que muestren ser tóxicos, además de adoptar una aplicación de testeo a la ropa y textiles que ingresan a nuestro territorio que nos permitan proteger a las y los consumidores y al medioambiente. 

Desde Fashion Revolution Chile, hacemos el llamado a preguntarnos ¿Qué hay en mi ropa? #quehayenmiropa

 

Referencias: 

How toxic are the textiles we consume? And how can the EU trade tools tackle it? Audrey Millet, 2022. 

Dirty Laundry: Unravelling the Corporate connections to toxic water pollution in China. Greenpeace, 2015. 

https://www.reuters.com/article/india-pesticides-idINKCN0T830D20151120

https://environment.ec.europa.eu/topics/chemicals/reach-regulation_en

https://www.greenpeace.org/international/press-release/56979/taking-the-shine-off-shein-hazardous-chemicals-in-shein-products-break-eu-regulations-new-report-finds/